sábado, 25 de febrero de 2012

ERASE UNA VEZ (...)


Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Simplemente tenía ganas de comenzar un post con el famoso Once upon a time (...)

Erase una vez una niña que vivía en un pequeño pueblo de un bello Condado al norte de un lejano País, gobernado por un tirano gordo, bajito y feo, y que tan sólo tenía un testículo, lo que le provocaba, además de un humor de perros, una insoportable voz de pito.

La niña tenía nombre de flor. Sus papás la llamaron Margarita como podían haberla llamado Rosa, y era la menor de tres hermanos. Su infancia no fue fácil, porque un malvado lugarteniente del tirano, de piel cetrina pues se bañaba en aguas radioactivas, encerró a su padre en los calabozos de su castillo por el simple hecho de pensar distinto. Incluso lo condenó a la horca.

Aquel lugarteniente fundaría años después una congregación, en cuyo emblema aparecía una gaviota, con el único objetivo de limitar los derechos y coartar las libertades de los habitantes de aquel lejano País una vez muerto el tirano. Pero esa es otra historia.

Margarita estudió mucho y con tan sólo 21 años consiguió un trabajo como Administrador Civil del Estado. Pocos años después y tras el entierro del tirano en el monte conocido como Valle de la Vergüenza, se inició en la Orden a la que pertenecía su padre, la Orden del Puño y la Rosa, que había estado combatiendo con valor contra el malvado gobernante.

Aquel lejano País se convirtió en un tranquilo Reino y Margarita fue ocupando distintos puestos en la Orden del Puño y la Rosa. Nuestra niña se había convertido en una joven ambiciosa.

La Orden empezó a contar con el apoyo de los habitantes del Reino y Margarita consiguió un puesto como Gobernadora del Condado que la vio crecer. Para ello fue necesaria la alianza con la Orden de los Sabinos, mayoritarios en la comarca.

Cumplía ya los 46 cuando su ambición la llevó a intentar convertirse en la líder local de la Orden del Puño y la Rosa. Para desgracia suya y de su vanidad, sus compañeros le dieron la espalda eligiendo en su lugar al Maese Nicolás.

Nicolás decidió romper el pacto con la Orden de los Sabinos, por estar éstos, a su juicio, confabulados con los radicales habitantes de los bosques conocidos como Arnaldinos. Los Arnaldinos eran unos antipáticos personajes que justificaban las injustificables matanzas de los Orkos que vivían escondidos junto a ellos en los bosques. Estos seres horribles intentaron años después acabar con la vida de nuestra protagonista sin conseguirlo.

Nunca se sabrá si Margarita estaba a favor o en contra de la ruptura de la alianza con los Sabinos, pues no asistió al consejo donde la Orden del Puño y la Rosa aprobó tal circunstancia.

Conviene recordar al lector que por aquel entonces Margarita estaba a favor de que los Orkos repartidos por las mazmorras y calabozos del Reino fueran acercados a las mazmorras y calabozos del Condado.

Sintiéndose desplazada por los partidarios del Maese Nicolás, su afán de protagonismo la llevó a explorar otros territorios y pasó unos años junto a miembros de la Orden de otros países, ganando fama y, por qué no decirlo, una importante cantidad de doblones de oro.

Durante aquellos años de viajes, la Orden del Puño y la Rosa fue perdiendo la simpatía de los habitantes de aquel lejano Reino, por lo que decidieron que era el momento de renovarse y buscar una nueva persona que los liderara. Margarita pensó que su gran momento había llegado, y rauda y veloz se presentó en la capital del Reino para que sus compañeros la escogieran para desempeñar tan alto honor. Tuvo que competir por el puesto con el Maese Tono, el Maese Alfarero y con Doña Matilda. Sin embargo, la fortuna, vestida de democracia, volvió a darle la espalda y fue la que menos apoyos obtuvo.

Volvió a su puesto en el extranjero, pero su actitud era cada vez más crítica con sus compañeros de orden, jugueteando a veces con el lado oscuro y defendiendo posiciones más propias de la Orden de la Gaviota, donde se refugiaban los que años atrás habían condenado a su padre.

A su regreso al Condado, la pobre Margarita era un cúmulo de sensaciones contradictorias; la Orden a la que había pertenecido durante tanto tiempo y a la que había pertenecido también su padre, nunca la aceptaría como líder, algo que su personalidad ambiciosa no podía aceptar; por otro lado, su nueva relación de amistad con la Orden de la Gaviota era contranatura. Además, allí tampoco le dejarían liderar nada, pues se encontraban inmersos en una cruenta batalla interna entre los reaccionarios y los muy reaccionarios.

Era necesario hacer algo, pero ¿qué?. Había dejado de creer en la ideas que siempre había defendido, pero su nueva mentalidad conservadora abochornaría a los suyos. Por otra parte, el odio hacia su Orden se hacía cada vez mayor, viendo como su rival, Maese Alfarero, había conseguido recuperar la confianza de los habitantes de aquel lejano Reino.

Pasaron meses sin que pudiera dar con la solución a su problema. Pero un día, vio la luz mientras disfrutaba de un número de bufones dirigidos por el famoso Boadellini. ¿Cómo podía ser tan sencillo y no haberse dado cuenta hasta ahora? Si lo que realmente ansiaba era ser la líder de una orden, crearía su propia orden. Había abrazado ideas progresistas tiempo atrás y ahora comulgaba con las posiciones más reaccionarias. Que más daban las ideas que tuviera, lo importante era que ella podría dirigirla. Allí donde hubiera habitantes descontentos con la Orden del Puño y la Rosa, ellos serían más progresistas que nadie; y allá donde se pudiera pescar entre los descontentos de las filas de la Orden de la Gaviota, no habría nadie más reaccionario que ellos.

Nació así la Orden Fucsia, en cuyo emblema aparecía un Hytre, animal mitológico, mitad hiena, mitad buitre, bajo el cual se podía leer el lema de la Orden "Como te digo una 'co', te digo la 'o'".

Nuestra Margarita volvió a sonreír. Veía la vida de color de rosa. Hasta encontró su príncipe azul, un apuesto caballero, venido de las tierras del este, llamado Anthony Sang (...) and they all lived happily ever after.

martes, 21 de febrero de 2012

PRIMAVERA VALENCIANA


Me despierto con el cuerpo dolorido. No creo haber dormido más de una hora esta noche. Me duele la cabeza y tengo restos de sangre seca saliendo de mi nariz.
Hoy no iré a la facultad. Me encuentro detenido junto a otros estudiantes. Resistencia y desobediencia a la autoridad. Ese parece ser el delito que hemos cometido.
No han pasado ni 24 horas pero me parece muy lejano el momento en que todo empezó. Éramos unos 300 y protestábamos pacíficamente por los recortes en educación. Interrumpíamos el tráfico.
Nunca he votado. No entiendo de política. No me interesa, o por lo menos, no me interesaba hasta ayer. No sé cual es el objetivo del actual Gobierno y sus recortes. No sé las consecuencias que pueda tener para la educación su posible privatización. Sólo sé que los chavales del Lluís Vives han tenido que ir a clase con mantas porque les habían cortado el suministro por falta de pago y no disponían de calefacción.
Mi tío una vez me contó, que en los años 60, en su pequeño pueblo de la sierra, cerca de Alcoy, iban a la escuela con una lata que les hacía las veces de brasero. Nunca pensé que nosotros fuéramos a vivir eso, por eso protestábamos.
Dicen que incendiamos las calles de Valencia. Por lo visto alguien quemó un contenedor, uno. Dicen que lanzamos botellas contra la policía. Quizá algún compañero lo hizo. Quizá se coló algún violento de los que buscan cualquier excusa para liarla. Yo sólo gritaba. No creo que fuera necesario la nariz sangrando contra el suelo, ni la rodilla sobre mi cuello, ni los empujones, ni las esposas (...)
Me duele la cabeza. Me duele todo el cuerpo. Tengo frío. Tengo miedo.

Un número indeterminado de policías cargó ayer violentamente contra 300 estudiantes que protestaban porque en Valencia hay dinero para aeropuertos sin aviones, para macroestátuas de políticos corruptos, para circuitos de F1, para regatas al más alto nivel, para visitas de líderes religiosos, para hacer negocios con yernos reales, para pagar consultoras que instruyan que decir si te preguntan en investigaciones de accidentes de metro (...), pero no hay dinero para encender la calefacción a unos chicos de entre 12 y 16 años que tienen que acudir a clase pertrechados con mantas; mantas que en ningún caso son de Vuitton.

Y digo un número indeterminado de policías, porque el Jefe valenciano de los mismos no quiso desvelar la cantidad exacta de antidisturbios que intervinieron en la cacería. No es prudente revelarle al enemigo cuales son mis fuerzas fueron las palabras exactas que pronunció Antonio Moreno, emulando el tono de aquel ilustre Ministro de Interior el día 17 de agosto del año de nuestro Señor 2002 cuando tomamos Perejil y pronunció las famosas palabras Al alba y con viento fuerte de Levante (...) Se limitó a justificar las cargas y a detallar el número de agentes heridos, de los cuales, por casualidades de la vida, no hemos podido ver ninguna foto y mira que se han hecho.

No soy yo muy de andar pidiendo dimisiones cual tertuliano de Intereconomía, pero calificar a un grupo de estudiantes como el enemigo, me parece a mí que le desacredita para ejercer tan importante responsabilidad.

Falta un mes para las elecciones en Andalucía y Asturias, momento tras el cual conoceremos el paquete completo de medidas que el Partido Popular aun no se ha atrevido a mostrar. Se pueden intuir la subida del IVA, el copago sanitario, la eliminación de las pagas extras, la reducción de las vacaciones, el despido masivo de funcionarios (...) Y lo podemos intuir porque es lo que la Comisión Europea, los 'mercados', o la mano que mece la cuna, han hecho, a través de gobiernos ultraconservadores como el nuestro, en Grecia y Portugal.

Sirva lo de Valencia como un aviso a navegantes. Aplicarán las drásticas medidas si o si, y no van a permitir la más mínima protesta en las calles contra ellas. Parafraseando a María Dolores de Cospedal el PP hace tan sólo dos meses que ha recibido un mandato claro de la ciudadanía. Lo repitió ayer en 7 ocasiones en 7 entrevistas concedidas a 7 medios de comunicación en poco más de 50 minutos. Dijo además que la calle es de todos, aunque le falto decir, al estilo 'orwelliano': pero más de unos que de otros.

lunes, 20 de febrero de 2012

lunes, 13 de febrero de 2012

¿POR QUÉ LO LLAMAN REFORMA CUANDO QUIEREN DECIR DEMOLICIÓN?


Una vez más, y en poco más de dos meses ya he perdido la cuenta, el Partido Popular perpetra una reforma contra los derechos o las libertades de los ciudadanos poniendo como excusa la herencia recibida, o lo que es peor, bajo una premisa o comparación falsa.

Hoy ya está claro que la lucha contra el paro fue tan sólo una herramienta electoral para colocar en el gobierno a un candidato que había perdido las elecciones en dos ocasiones. Lo confirmó el propio Mariano Rajoy la semana pasada cuando reconoció que, con los ultraconservadores en el poder, el desempleo seguiría creciendo, al menos, durante el año 2012. La misión por tanto, de la Ministra de Trabajo, es reducir los costes laborales, es decir, abaratar el despido y reducir los salarios.

La propaganda Popular justifica la reforma comparando los 45 días de indemnización del despido improcedente español, con la media europea de 22 días del despido por causas objetivas. Parafraseando a la siempre brillante Ana Botella, están mezclando peras con manzanas. Es un error malintencionado, puesto que el despido por causas objetivas en España se indemniza con 20 días.

La figura del despido improcedente, o despido expres, se la inventó el Gobierno de José María Aznar en 2002, cuando atábamos los perros con longanizas, para que los empresarios pudieran despedir a un trabajador sin tener que justificar causa alguna y sin previo aviso -Como tengo cash y porque me sale de las gónadas, deje sus enseres de trabajo y váyase a su casa. Firme aquí y recoja el talón-.

La figura, que sólo existe en España y que ni siquiera está recogida en el Estatuto de los Trabajadores,  se popularizó porque era más sencillo para una empresa pagar que tener que demostrar pérdidas o cambios, y aunque más cara, el sobrecoste era asumible en el caso de un trabajador sin demasiada antigüedad. Para un trabajador que llevase 4 años en la empresa, la indemnización por un despido improcedente ascendía a medio año de salario. Además, este tipo de despido no tiene límite en cuanto a número de trabajadores, no genera prácticamente problemas judiciales y no requiere de la aprobación por parte de la Autoridad Laboral. La reforma aprobada en el Real Decreto Ley 3/2012 de 10 de febrero reduce de 45 a 33 días por año trabajado esta indemnización, pero aunque esto es sorprendentemente lo más destacado por los medios de comunicación, no es lo más grave, pues en la práctica tendrá un uso residual.

Hasta el sábado pasado, para que un empresario pudiera despedir a un trabajador por causas objetivas y con 20 días de indemnización por año trabajado, fórmula que se utiliza, con 22 días de media, en el resto de la Unión Europea, debía demostrar causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. Además si el número de trabajadores a despedir eran 10 ó más en empresas de menos de 100 trabajadores, el 10% en empresas entre 100 y 300 trabajadores ó 30 ó más en empresas de más de 300 trabajadores, el empresario tenía que presentar un Expediente de Regulación de Empleo, el famoso ERE, que tenía que ser negociado con los representantes de los trabajadores y aprobado por la Autoridad Laboral de la Comunidad Autónoma correspondiente.

Con la entrada en vigor de la nueva norma, ya no es necesario que una empresa tenga pérdidas para poder justificar un despido, será suficiente la reducción de beneficios durante 3 trimestres consecutivos, y además se elimina el requisito de la autorización del Expediente de Regulación de Empleo por parte de de la Consejería de Trabajo. Incluso las bajas justificadas por enfermedad serán excusa para un despido procedente. ¿Para qué indemnizar por tanto con 33 días por año trabajado si con 20 se puede hacer con la misma facilidad?

Ayer oí decir a María Dolores de Cospedal que es una reforma pensada para los parados y yo, por más que leo el texto, no alcanzo a entender cómo facilitando y abaratando la salida de los trabajadores de las empresas se incentiva la contratación. En mi empresa no contratamos gente porque el Ministro de Industria se ha cargado el sector de las renovables y no tenemos actividad, no porque sea más o menos caro despedir.

Otra barbaridad que incluye la reforma, y que por inesperada no se está hablando tanto de ella, es la posibilidad unilateral que tendrá el empresario para reducir el salario a los trabajadores. Una gran parte de los trabajadores cualificados firmamos contratos con salarios superiores a las irrisorias cantidades que marcaban nuestros convenios colectivos, es decir, pactamos un salario entre trabajador y empresario y lo rubricamos en un contrato que yo creía vinculante para ambas partes. Hoy mi empleador puede reducir mi salario hasta el mínimo fijado en el convenio, sin importar lo acordado, y si yo no estoy de acuerdo, me puede poner en la calle con una indemnización de 20 días por año trabajado. Según la Ministra, existen causas objetivas para que me despida.

Ésto, junto a la disponibilidad total a la que se verá obligado el trabajador en cuanto a movilidad geográfica, cambio de puesto y flexibilidad de horarios, hará que los trabajadores nos veamos sometidos a un chantaje continuo bajo la amenaza de perder nuestros puestos de trabajo. Este Gobierno tendrá el dudoso honor de convertir en delito el derecho de una mujer a decidir cuándo ser madre y sin embargo despenalizar el mobbing o acoso laboral.

Simplemente con ver la cara de Juan Rosell, Presidente de la CEOE, mientras valoraba la Ley, sólo comparable a la cara de José Luís López Vázquez cuando tocaba el muslo de una sueca en esas películas que se hacían cuando las políticas eran como las de ahora, nos sirve de termómetro para valorar la ecuanimidad que ha tenido el Gobierno con los diferentes Agentes Sociales.

martes, 7 de febrero de 2012

LECCIÓN DE DEMOCRACIA


Socialista, químico, barbado y no carente de atractivo (...) Dirán ustedes que a qué viene ahora este ataque de narcisismo, pero obviamente no estoy hablando de mí, sino del Secretario General que los socialistas hemos elegido el pasado fin de semana en nuestro 38 Congreso celebrado en Sevilla.

Vaya por delante mi enhorabuena a Alfredo Pérez Rubalcaba y al resto de la Ejecutiva Federal, y también el deseo de suerte en este duro pero fundamental trabajo que el Partido tiene por delante.

Me resulta curioso ver como en todo este proceso la prensa, la de verdad y la cavernaria, nos acusaba de vivir al margen de la realidad, de enfangarnos en una batalla por el poder sin presentar ni una sola idea. Es verdad que en el Congreso se elegía a la persona que pilotará el Partido, al menos, durante los próximos cuatro años, pero los delegados que votaron, junto con el resto de la militancia hemos trabajado durante semanas en largas sesiones, discutiendo la ponencia marco que servirá de guía para volver a conectar con la sociedad. En mis años de experiencia profesional jamás he estado en una sesión de brainstorming en la que se presentaran 16.000 ideas.

Ponencia Marco y 16.000 enmiendas; decir que en el Partido Socialista se discute sobre nombres y no sobre ideas es como decir que la penalización del aborto propuesta por Gallardón es progresista.

También se nos ha acusado de estar divididos, lo cual no deja de tener su gracia. Debe ser que Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre son uña y carne (...) y que decir de Francisco Álvarez Cascos. Y por lo visto los compañeros de Izquierda Unida Gaspar Llamazares y Cayo Lara son amiguitos del alma, como Camps y El Bigotes, vamos, que se quieren un huevo.

Es normal que las distintas personas que formamos un partido tengamos una visión distinta de cómo hacer las cosas en cada momento. También la tienes en casa con tu pareja, con tus padres o con tus hijos, y no por ello los vecinos van diciendo por ahí que los Gutiérrez, los Hernández o los García están divididos.

Un poco más de la mitad de los delegados que asistieron al 38 Congreso Socialista votaron a un candidato, y un poco menos de la mitad votaron al otro. Y después el 80% de los mismos dieron su apoyo a la nueva ejecutiva elegida por el candidato ganador. Una pírrica mayoría del 80%; me conformo con ganar cada eleción a la que me presente por este discreto resultado.

Los socialistas hemos dado con este proceso un ejemplo de democracia. Probablemente se podría haber hecho mejor. Siempre se puede hacer mejor y en eso estamos, pero el sistema de elección del Secretario General mediante delegados es infinitamente mejor que la elección de líderes de otros partidos.

Independientemente de que haya sido o no el candidato que cada uno de nosotros preferíamos, la inmensa mayoría de los militantes socialistas le apoyaremos a él y a su equipo  por la responsabilidad que siempre nos ha caracterizado. Un Partido Socialista fuerte no es sólo importante para el Partido Socialista, es importante para el futuro de España; fundamental para que la mezcla de ultraconservadores y neoliberales que nos gobiernan no dinamiten en una legislatura décadas de avances sociales.

jueves, 2 de febrero de 2012

REGRESO AL FUTURO


Leo, ya sin extrañeza pues ya vamos estando curados de espanto, que Televisión Española está estudiando retirar "Cuéntame cómo pasó" ¡Me cago en la cuna que me arrolló, Merche! que diría Antonio Alcántara.

Cuando retiren la serie definitivamente nos contarán que es por culpa de la herencia que el PSOE les dejó en la televisión pública y que es una producción cara y hay que ser austeros. Bla, bla, bla (...) La retiran para que la población ovina no caigamos en la cuenta de que con las modificaciones legislativas que están introduciendo, nuestra vida cada vez se va pareciendo más a la que disfrutaban los Alcántara allá por 1979.

Han pasado 32 años, pero ya entonces sufrían un Papa radical que se oponía airadamente al uso de los métodos anticonceptivos, al que beatificarían 31 años después.

Creemos que el tiempo está loco por culpa del cambio climático, pero como todo el mundo sabe, o eso dicen desde FAES, eso es una milonga. En 1979 fue noticia la primera nevada conocida en el Desierto del Sahara.

La central nuclear de Three Mile Island en el estado de Pensilvania sufría un accidente radioactivo aunque de consecuencias menos graves que el sufrido el año pasado en Fukushima.

En 2012 Angela Merkel marca el camino de Europa y en 1979 era elegida la primigenia Dama de Hierro. Nuestros amigos de la Gran Bretaña elegían como Primera Ministra a Margaret Thatcher.

En 1979, Jimmy Carter, Presidente de los Estados Unidos, ordenaba cancelar el tratado petrolífero con Irán, algo parecido a lo que ha decidido la Unión Europea hace un par de semanas.

Curioso año este 1979 en el que nace David Bisbal y muere Blas de Otero. En España el 45,36% de la energía se producía en centrales hidroeléctricas, mientras que otro 50,90% se generaba quemando carbón y otros combustibles fósiles. La patada en las gónadas, en forma de Decreto Ley, del Ministro Soria a las energías renovables nos devolverá a este escenario. Qué envidia de los franceses que acaban de aprobar un impuesto especial a las nucleares.

En 1979 se firmaba en Naciones Unidas la Resolución 34/180 de 18 de diciembre, que en su artículo 2 instaba a los países a derogar todas las disposiciones penales que constituyesen discriminación contra la mujer. 32 años después, el Ministro Gallardón, vuelve a convertir en delito la libertad de la mujer para decidir sobre su maternidad. Precisamente en 1979 el aborto se convertía en un derecho en Francia gracias a la ratificación de la Ley Weil.

Cuando salga hoy de trabajar me voy a ir derechito a un concesionario a ver si consigo un DeLorean a buen precio y poder así regresar al futuro.