El lunes desayunábamos leyendo la prensa (ejercicio de alto riesgo) y nos enterábamos que el Centro Jurídico Tomás Moro, que es a la libertad de expresión lo que Manos Limpias a la democracia, había llevado a juicio a Javier Krahe por un vídeo realizado en 1977 en el que se explicaba cómo cocinar un Cristo. Cualquiera que haya visto el dichoso vídeo habrá comprobado que su contenido es mucho más suave que cualquier rueda de prensa de Rouco Varela o que cualquier homilía de los homófobos Reig Pla, Obispo de Alcalá, y Ángel Becerra, párroco de la Iglesia San Sebastián Mártir de Arganda. Cabe pensar que el cantautor será declarado inocente, pero el simple hecho de que unos ultras puedan llevar al banquillo de los acusados a todo aquel que no se persigne ante la imagen de un Cristo sangrante, no deja de preocuparme. Ésto sin tener en cuenta el gasto que supone para el Estado esta ridiculez de demanda.
Además, explicar cómo se cocina un Cristo no es malo, los del Partido Popular los cocinan a diario, lo que sucede es que no nos lo explican, simplemente lo sufrimos. Sin ir más lejos, el cristo montado con Bankia nos costará a cada español por lo menos 500€; y digo por lo menos porque cada día que pasa el pufo es mayor. Y todo por esas batallas internas en el PP entre Esperanza Aguirre y Alberto Rúiz Gallardón que aprovechaban cualquier foro para convertirlo en un ring boxeo donde disputarse el puesto del que luego sería elegido Avestruz del gobierno, digo, Presidente del Gobierno. Pues resulta que esas riñas que nos hacían tanta gracia con micrófonos abiertos por aquí e 'hijoputas' por allá, llevaron a Rodrigo Rato a presidir una de las mayores entidades financieras de este país. ¿Pero en qué cabeza cabe? Si fue el tío que engordó la burbuja inmobiliaria y malvendió las mayores y mejores empresas públicas españolas. Y por si fuera poco pilotó hasta el abismo esta crisis mundial al frente del Fondo Monetario Internacional del que también tuvo que salir por la puerta de atrás como en Bankia. Sólo Esperanza Aguirre, que siempre busca lo peor para sus ciudadanos, es capaz de hacer una fechoría así.
Y ya en clave local, aunque desgraciadamente cada vez tenemos más repercusión a nivel nacional, los vecinos de Arganda del Rey nos tenemos que comer los cristos que nos cocinan Pablo Rodríguez Sardinero y los brillantes miembros del PP de Arganda. Llevan años despilfarrando el dinero público; llevan años sin pagar a proveedores; y han convertido a esta localidad del sureste madrileño, de poco más de 53.000 habitantes, en el epicentro del caso Gürtel. Ésto ha provocado que tengamos una brutal deuda que ronda los 60 millones de euros. Como están desesperados y además el intelecto no les da para más, han decidido solucionar todos nuestros problemas económicos cerrando el Conservatorio de música, dejando en la estacada a más de 80 familias. De todos es conocido el repelús que sienten los Populares por la cultura, si no, no se explica que pusieran como Ministro a José Ignacio Wert; además, por qué negarlo, las buenas gentes de Arganda no se caracterizan por su tendencia a movilizarse ante los problemas; por eso el alcalde pensó que una más y a tres años vista de las elecciones nos daría igual. Sin embargo parece que los vecinos ya están hartos de que les metan, día si, día no, el dedo en el ojo y salieron masivamente a la calle a protestar contra el cierre del Conservatorio y contra todas estas medidas que nos hacen la vida más difícil y que además no solucionan ningún problema, sino todo lo contrario. Los argandeños no recuerdan haber visto nunca antes a más de 1.500 personas manifestándose por sus calles. Eso sí, pablo Rodríguez Sardinero no pudo verlo porque estaba expiando sus pecados en el Rocío.
Empezaba el post parafraseando a Krahe en No todo va a ser follar y voy a permitirme utilizar su políticamente incorrecto lenguaje para pedirle a nuestros gobernantes que nos dejen en paz, que dejen de tomar medidas siempre en contra de los mismos, que no todo va a ser joder(nos).
