lunes, 17 de septiembre de 2012

LA MAMANDURRIA DE LA DEMOCRACIA

Hay días en que las noticias te deprimen por lo dramático de la situación; que si la prima de riesgo está por las nubes, que si pedimos o no el dichoso rescate, que si un adolescente se lía a tiros en un High School de Colorado o que si la Princesa se nos hace cuarentona. Otros días, en cambio, las noticias te alegran la existencia; eehhhhh (...) bueno, ahora mismo no recuerdo una buena noticia, pero creo recordar que alguna vez las hubo. Y luego hay otros días en que las noticias te dejan tan perplejo que no eres capaz de valorar si son buenas o malas.

Eso es lo que me ocurrió ayer. Estaba yo degustando unos macarrones con chorizo cuando apareció en pantalla Esperanza Aguirre haciendo pucheros y anunciando la dimisión de todos sus cargos (no me quedó claro si el título nobiliario iba en la partida). Hay que reconocer que la imagen, que parecía grabada con una cámara de vídeo doméstica, era efectista. Si no llega a ser porque recordé a tiempo lo mala persona que es la ya Expresidenta, me hubiera dado hasta pena. Pues bien, lo que a priori me pareció una buena noticia, con el paso de las horas, ya no me lo parece tanto. Y no es porque el señor ese que no sabe quien le paga el ático de Marbella me parezca peor Presidente, el listón está muy muy alto, es por el flaco favor que se le hace a la Democracia.

Empieza ya a ser una fea costumbre que el ciudadano vote a una lista encabezada por una persona del Partido Popular, consigan obtener el número suficiente de votos para poder gobernar, pero luego el que ejerce de Presidente de la Comunidad Autónoma o Alcalde es otro distinto. Ignacio González, Ana Botella o Pablo Rodríguez Sardinero aquí en Arganda, han sido o van a ser Presidentes o Alcaldes de carambola.

Y dirán ustedes ¡Claro! ¿es que quién en su sano juicio va a votar de entrada a Ignacio González, a Ana Botella o a Pablo Rodríguez Sardinero? Eso ya lo sé, pero ahí está la perversión y ese es el riesgo que corremos y que ya estamos sufriendo, la desafección de la ciudadanía por la clase política. Si no somos capaces de parar a tiempo expresiones como todos los políticos son iguales, PPSOE, nos recortan y nos joden pero los otros hubieran hecho lo mismo, (...) van a terminar convirtiéndose en leyendas urbanas tan reales como el perro de Ricky Martin.

No se entiende sino otra de las noticias con la que desayunábamos ayer. La Ser hacía pública una encuesta en el que el PP perdería trece puntos porcentuales en intención de voto, pero es que el PSOE perdería casi otros cuatro. Y lo más sorprendente, UPyD obtendría el trece por ciento de los apoyos.

UPyD, un partido cuya líder es capaz de considerar apestados a los políticos pero lleva viviendo de la política más años que la propia Esperanza Aguirre. Una líder que apoyaba el acercamiento de presos de ETA mientras formaba parte del Gobierno Vasco pero que es capaz de afirmar que el Presidente del Gobierno es amigo de los terroristas simplemente por despecho, porque le ganara unas primarias. Una líder que defendía el derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad cuando militaba en el Partido Socialista pero que es capaz de decir todo lo contrario para intentar pescar un puñado de votos entre los radicales provida. Una líder que hace demagogia un día si y al otro también  con el sueldo de los políticos pero no renuncia a ser unos de los políticos mejor pagados de este país.

Políticos renegando de la política para resolver los problemas. Políticos renegando del sistema democrático. Lo recordaba Tomás Gómez el domingo en el cierre del Comité Regional; son los mismos argumentos que utilizaba José Antonio Primo de Rivera, utilizan el argumentario de Falange. He aquí el porqué del apoyo incondicional de Inestrillas a UPyD.