viernes, 14 de febrero de 2014

EN LA BUENA DIRECCIÓN


Acaba otra semana más sin tener que salir de casa temprano. He perdido la cuenta de cuantas van, pero seguro que demasiadas. Desde el lunes he aplicado 5 nuevas ofertas de empleo y he enviado una docena de candidaturas espontáneas. Ahora toca esperar. Esperar pegado al teléfono, cada vez menos esperanzado, a que llegue esa llamada o ese correo electrónico convocándote a una entrevista en la que poder poner en valor la experiencia de años de trabajo y aprendizaje.

Y mientras esperas y desesperas tienes que aguantar que te digan que ya todo pasó, que la crisis fue un mal sueño, que vamos en la buena dirección. ¿En la buena dirección?

Tienes que morderte la lengua para evitar que de tu boca salgan palabras malsonantes cuando les ves alabar las bonanzas de la Reforma Laboral. Esa que usaron para despedirte y que ha servido para que en un tiempo record los cinco millones de parados de Zapatero pasaran a ser los seis millones de parados de los que ya no se habla pero a los que no le da solución ni la Virgen del Rocío.

Tienes que atarte las manos para no interactuar en las redes, para no caer en la provocación de tu Alcalde y su cohorte posando en el photocall del congreso Popular delante de la pancarta con el mantra mientras en tu ciudad, Arganda, crece el paro un mes si y otro también. 300 nuevos parados en el mes de enero, otro 4,82%, hasta llegar a los 6.518 desempleados. La tasa de paro más alta de las poblaciones madrileñas de más de 50.000 habitantes.

Supongo que quien decidió ese eslogan de mal gusto era de letras y desconoce la diferencia entre dirección y sentido. O puede que si la conociera y cometiera este error adrede para que nadie pudiera acusarles de mentir por enésima vez. Por lo tanto, por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con ustedes: vamos en la buena dirección (...) pero en sentido contrario.

lunes, 3 de febrero de 2014

ENSAYO SOBRE LAS RELACIONES ANIMALES

Desparasitando que es gerundio
Cuando estudiaba secundaria mi asignatura favorita era la Biología. No le encontraba la gracia a los problemas esos de trenes que parten desde no sé dónde y que vete tú a saber dónde se van a encontrar si es que lo hacen. Donde estuvieran las Leyes de Mendel y las relaciones entre las distintas especies de animales que se quitara todo lo demás. ¿Acaso alguien ha vuelto a derivar o a integrar alguna vez más en su vida cotidiana?. Sin embargo cada día tenemos que relacionarnos con nuestro entorno.

¿Recuerdan ustedes cuáles eran los tipos de relaciones existentes entre los animales? Desempolvemos los apuntes y refresquemos la memoria:

Mutualismo: Dos individuos de diferentes especies interaccionan sacando ambos beneficio mutuo. Algunas aves viven en el lomo de mamíferos y así los segundos son desparasitados mientras que las primeras obtienen alimento.
El mutualismo se da en la península ibérica entre la derecha política y la jerarquía católica. Estos últimos utilizan sus púlpitos para pedir los votos necesarios que lleven al poder a los primeros y a su vez éstos realizan políticas medievales que nos retrotraen a tiempos en dónde la iglesia tenía algún peso específico en la sociedad.

Comensalismo: En este caso los animales de una especie se benefician de los desechos producidos por los animales de otra. Estamos hablando de animales carroñeros. No hace falta tirar del Larousse para poner dos o tres ejemplos. El buitre, la hiena, UPyD...

Simbiosis: Es la vida en conjunción de dos individuos distintos que se benefician mutuamente. Hay raíces de árboles que aprovechan el poder de absorción de los hongos para obtener los nutrientes que el árbol necesita, produciendo sustancias necesarias para el desarrollo de los hongos.
Lo mismo ocurre con individuos que llevan gobernando la Comunidad de Madrid veinte años. Se benefician del poder financiero de empresarios para sufragar sus campañas electorales y perpetuarse en el poder, produciendo a su vez adjudicaciones que los segundos necesitan para desarrollar sus negocios.

Parasitismo: Se produce cuando una especie se beneficia de otra perjudicándole o causándole algún daño. Los mosquitos parasitan al hombre porque chupan nuestra sangre.
Sin embargo, recientes estudios de biólogos de la prestigiosa Universidad de FAES han determinado que el perjuicio causado no es tal y que sería conveniente desechar el vocablo parasitismo y sustituirlo por el de reformismo.

Competencia: Este fenómeno se da cuando individuos de diferentes especies tienen que aprovechar los recursos, a veces escasos, de un mismo ambiente. Aquí nos vemos reconocidos casi seis millones de españoles de los que ya casi no se habla.

Depredación: Individuos de una especie cazan a otros de otra especie para alimentarse. Así, por ejemplo, el águila caza ratones y los leones cazan ñus.

Curioso caso el de los leones. Tan presumidos con sus melenas de reyes de la selva. Se muestran fieros y poderosos pero en realidad esperan agazapados sin hacer mucho ruido, sin gastar un ápice de energía, a que sus congéneres hembras hagan todo el trabajo. No arriesgan, no trabajan, sólo se lucen de vez en cuando y se aprovechan del esfuerzo de los demás esperando a que los votos que manejan sean útiles para decantar unas primarias. ¡Uy! Perdón ¿En qué estaría yo pensando?